PEQUEÑA MISS SUNSHINE

Little Miss Sunshine
Estados Unidos; 101 min.
Dirección.- Jonathan Dayton y Valerie Faris
Guión.- Michael Arndt
Reparto.- Alan Arkin, Steve Carell, Paul Dano, Abigail Breslin, Toni Collette y Greg Kinnear

Sinopsis.- La excéntrica familia Hoover cruza Estados Unidos en furgoneta para que la hija pueda participar en un concurso de belleza infantil.

Bastan seis planos bordados por seis actorazos para familiarizarse con seis personajes: un cocainómano iniciado en la tercera edad, un especialista en Proust con una vida paralela al autor, un adolescente mudo por elección, una niña tirando a fea que quiere ser Miss, una madre a la que nadie encomendaría el cuidado de sus hijos y un vendedor de éxito fracasado. ¿Una panda de inadaptados? Quizá, pero también una familia unida, capaz de todo por hacer realidad el sueño de la benjamina.

Pequeña Miss Sunshine es una road-movie mejor engrasada que la furgoneta de los Hoover; que avanza sin chirriar a través de los kilómetros, las peripecias y una virtuosa mezcla de tonos: desde la farsa con cadáver de Very Bad Things, hasta patéticos secundarios dignos de Happiness, pasando por las reflexiones tragicómicas de The Station Agent. La película explora distintos subgéneros para retratar al perdedor, ese no-héroe con el que el público se identifica y se desternilla y al que premia.

Todo culmina en una hilarante parodia kitch, striptease incluido, de esos concursos de belleza prepúber tan americanos como la cultura del éxito (y su indispensable opuesto). Queda claro, entre proustianos y mini-misses, quién es el loser.

escrito por Ayla

Dice el abuelo de la disfuncional familia protagonista de Pequeña miss Sunshine que “el verdadero perdedor no es aquel que no gana, sino aquél que tiene tanto miedo a no ganar que ni siquiera lo intenta”. Y hacen bien Jonathan Dayton y Valerie Faris en curarse en salud. Porque su ópera prima bien podría calificarse como un quiero y no puedo, como un “lo importante es participar”...

Ellos lo intentan. Y nosotros nos damos cuenta de que lo hacen. Pero nada. Aunque nos percatemos de que quieren hacer una de “esas” películas. Otra de esas películas. Con regustillo Sundance y todo eso: independiente, fresca, pseudointelectualoide... Pero no les sale. Y nosotros nos damos cuenta. Porque descubrimos muchos clichés de todas “esas” otras películas, pero mal aprovechados. Porque sumidos en el aburrimiento, miramos el reloj y vemos que sólo han pasado cuarenta minutos (no lo niegues, Ayla, te vi hacerlo un par de minutos después). Porque pretendiendo ser una comedia, sólo nos hace reír el final (¡bendito final!).

Y nos acordamos de todas esas citas que la película parafrasea. Como que “los años de sufrimiento en la vida son los años en los que aprendemos y crecemos” (Proust). O que “lo que no nos mata (de aburrimiento, por ejemplo), nos hace más fuertes” (Nietzsche).

Y entonces lo entendemos todo. Porque salimos del cine y nos sentimos ganadores (hemos visto la peli a pesar del miedo que teníamos a que no nos gustase). Salimos del cine y nos sentimos más sabios y adultos (hemos sufrido viéndola). Salimos del cine y nos sentimos más fuertes (porque seguimos vivos). Y entendemos lo que de verdad querían conseguir los directores. Y se lo agradecemos: Gracias Mr. Dayton. Gracias Mrs. Faris.

escrito por Plothobby