20.10.06

EL LABERINTO DEL FAUNO

Nuestra entradaEl laberinto del Fauno
España, México, Estados Unidos; 112 min.
Dirección y guión.- Guillermo del Toro
Reparto.- Ivana Baquero, Doug Jones, Sergi López, Ariadna Gil, Maribel Verdú y Álex Angulo



Sinopsis.- Ofelia cree en los cuentos de hadas, pero su vida en la España de 1944 no tiene nada que ver con las princesas, hasta que descubre que es heredera de un reino subterráneo. Para merecerlo, debe superar las duras pruebas a las que le somete el Fauno, además de encararse con su padrastro, un despiadado General franquista.

Ofelia y el Fauno

Érase una vez una industria cinematográfica incapaz de llevar a cabo películas de talla internacional. Érase que se era una industria escasa de ideas originales, anclada en el pasado, y débil ante las películas llegadas del extranjero. Érase una vez un cine español repleto de sobrevalorados alatristes, enajenados torrentes, y autodenominadas princesas...

Así de negro pintaba la cosa hasta que a Guillermo Del Toro, ese mexicano simpaticón, se le ocurrió llevar a cabo esta parábola-cuento-película llamada El laberinto del Fauno, ganarse al más escéptico de los espectadores (entre los que, ahora ya avergonzado, no tengo más remedio que incluirme), y de paso, dejar en ridículo a otros directores que, recientemente, habían intentado hacernos creer en sus mitos y seres de lo fantástico (ya sean jóvenes del agua o hadas con cara de artistas pop patrias).

Y es que, guiado por una planificación y un montaje difícilmente superables (ojo a los Oscar), Del Toro encuentra una de las mayores fortalezas de su film allí donde otros muchos cuentos de celuloide han caído por su propio peso: la credibilidad. Y no era fácil, porque la película narra dos realidades diferentes. Una la recreada o histórica, y la otra, la creada o fantástica.

No obstante, lejos de presentar las dos realidades como diferentes, El laberinto del Fauno combina ambas hasta conseguir un equilibrio perfecto en el que cada una participa de la otra de manera indisociable, convirtiéndolas así en dos mitades de la misma obra (¿maestra?). De esta manera, ambas narraciones irán complementándose mutuamente, hasta no saber dónde empieza la una y termina la otra, dónde termina el cuento de hadas y dónde empieza la cruda realidad (¡qué sutil y a la vez certero usar el mismo comedor para el Hombre pálido y el Capitán Vidal!).

Y justo en ese instante en el que el espectador ya casi cree en las hadas, Del Toro vuelve a jugar con él, y lo devuelve al primer plano de la película. A ese plano en el que, desgraciados todos, nos recuerda que la realidad no conoce reinos de bondad, ni sabe de finales felices. ¿Moralista? Genial.

escrito por Plothobby

La criatura

Nunca una niña se fiaría de una cabra de dos metros ni se encontraría cómoda entre cientos de escarabajos como puños. Ni siquiera una niña rara enganchada a los cuentos de hadas. Ninguna excepto la protagonista de El laberinto del Fauno.

Guillermo del Toro se pasa la verosimilitud por el forro de Doug Jones porque le pierde su gusto por las tomatinas y su odio por los (cab**nes) Nacionales. Mezcla realismo histórico con un retrato maniqueo de los franquistas, basa el suspense exclusivamente en los acordes musicales y distrae al espectador con estridencias gore. Las vísceras desproporcionadas son para reírse, no para vengar la Guerra Civil española: no vienen a cuento (de hadas).

La estructura de videojuego (o matar bichos de dificultad creciente) no puede deslumbrar al espectador cuando el gran monstruo ha sido vendido en el tráiler. Sí, es el de la foto y debería paralizar la respiración cuando se mete los ojos en las palmas. Se siente.

¿Esta historia no la contó ya (y mucho mejor) Lewis Carroll?


escrito por Ayla

17.10.06

GRACIAS POR FUMAR

Nuestra entradaThank You For Smoking
Estados Unidos; 92 min.
Dirección.- Jason Reitman
Guión.- Jason Reitman, sobre una novela de Christopher Buckley
Reparto.- Aaron Eckhart, Cameron Bright, William H. Macy, J. K. Simmons, Robert Duvall, Katie Holmes y Rob Lowe


Primera escena

Brillantemente y desde los títulos de crédito, Gracias por fumar sumerge al espectador en un tono sarcástico que le hace soltar carcajadas incluso a costa de hundir sus (presuntas) convicciones políticamente correctas. El protagonista, presentado en una elocuente primera escena como el ser más repudiable de Estados Unidos, se convierte en digno héroe a través de varios puñados de lúcidos diálogos.

La trama de superación es sencilla, pero no por ello poco sólida (para algo está basada en una novela) y sí muy eficaz: Nick Naylor, portavoz del consorcio de tabacaleras americanas debe enfrentarse para hacer bien su trabajo a la imagen que su hijo se puede hacer de él, a la etiqueta "Veneno" que el senador de Vermont quiere poner en las cajetillas de tabaco, a una periodista con menos escrúpulos que él y a la radical opinión pública de un país en el que fumar es considerado peor que tener pistolas.

Esa obsesión yankee se caricaturiza perfectamente en la película a través del grupo de amigos de Nick Naylor, autodenominado "Mercaderes de la muerte" y formado por la responsable de marketing de las empresas alcohólicas y el representante de una asociación pro-tenencia de armas. En su sórdida y desternillante competición interna, Nick Naylor gana fácilmente en número de muertos a sus compañeros y, de paso, convence al espectador de que nada es obvio, ni blanco ni negro.

Casualmente, una obra muy adecuada para estrenar B/N: justifica la argumentación racional de cualquier cosa y su contrario.

escrito por Ayla

Calavera pirata

No empieza mal Gracias por fumar. Desde los mismos títulos de crédito, una juguetona melodía predispone al espectador a la sonrisa. Y el espectador, fiel y enganchado a ese vicio llamado reír, acude gustoso a la cita. Sin embargo, según avanza el metraje, uno se da cuenta de que un par de caladas de ingeniosas réplicas no son suficientes por sí mismas para aguantar toda una película.

El director y guionista Jeison Reitman es también muy consciente de ello. Y se nota. Al hacer avanzar la película a trompicones, por ejemplo. O a la hora de forzar la credibilidad de los personajes hasta límites más allá de los permitidos por las propias convenciones de la comedia. Basta con recordar a una Katie Holmes intentando pasar por chica exuberante (¡comentarios acerca de la voluptuosidad de sus pechos incluidos!), y a un Robert Duvall que roza el esperpento.

Pero quizá, lo peor de todo sea ese regusto a listillo de cine-club que rezuma Reitman, considerándose a sí mismo, ya desde esta su ópera prima, lo suficientemente inteligente (y osado, dirán algunos) como para reírse de todos y de todo lo políticamente correcto. Qué pena que entre tanta carcajada inteligente (¿y osadía?), se haya olvidado de mostrarnos un cigarro de esos de verdad. De los que se encienden y echan humo de verdad. De los que matan de verdad. Qué pena que su película termine con un final tan previsible y edulcorado como cualquier otro made in Hollywood. Con un final tan típicamente americano como ese american way of life del que pretende reírse a lo largo de toda su Gracias por fumar.

escrito por Plothobby